El cielo se oscurece, se llena de nubes oscuras como la noche, comienzan a caer relámpagos por doquier, su llegada es inminente, en medio de las nubes y gracias a los relámpagos se ve una forma, es una forma peculiar y que solo le corresponde a un solo ser, un pico largo, garras enormes y alas puntiagudas. Se ve como la energía fluye a través de su cuerpo y como cada rayo lo carga aún más de energía.
Cada vez se ve más grande, cada vez su presencia asusta más.
Ha llegado, cae con un mar de relámpagos, el aire ruge, el sonido es ensordecedor, la luz es enceguesedora, no hay lugar para correr, solo queda asentir y arrodillarse a su presencia.
Aterriza, me mira fijamente, siente mi energía, yo evito establecer contacto, siente mi debilidad ante él... Se marcha...
Los truenos sesan, las nubes se van. Zapdos estuvo aquí, y yo viví para contarlo.
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