El Capitán América, la creación perfecta del gobierno estadounidense, rubio, musculoso, alto, un escudo irrompible, y un carisma que enamora (¿será inteligente?). Lástima que todo sea artificial, lástima que en realidad haya perdido su ser, su esencia. Almenos el capitán lo hizo por una razón algo elocuente, pero ¿y las personas que se modifican por vanidad?, eso sí que es peor, cada modificación puede ser cavar más hondo en el abismo del vacío.
Hay que aprender a aceptarse, tal y como uno es, cuando uno se acepta el mundo por inercia también lo aceptará a uno y si no, pues hay infinidad de horizontes, infinidad de faros, cada uno con una puerta.
En alguna de estas se encontrará seguro un poco de aceptación.
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